El plan para el retorno voluntario de extranjeros no tiene buena acogida entre los inmigrantes

emigrantes subsaharianos
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El plan de retorno para inmigrantes desempleados  se aprobó el viernes 19 de septiembre pasado en Consejo de Ministros, y está dirigido a los extranjeros de 19 países con los que España tienen convenios en materia de Seguridad Social: Marruecos, Ecuador, Perú, Colombia, Ucrania, Argentina, República Dominicana, Rusia, Uruguay, Brasil, Venezuela, Chile, Filipinas, Paraguay, Estados Unidos, México, Túnez, Canadá y Australia.

La propuesta del Gobierno es favorecer el regreso de los inmigrantes a sus respectivos países mediante el pago de toda la prestación por desempleo en sólo dos plazos (40% en España y el 60% restante al llegar al país de origen). Pero si bien en junio se estimaba en más de un millón el número de personas que se acogerían a esta medida, el ministro Celestino Corbacho redujo el viernes a 87.000 los inmigrantes que se espera que adopten este plan.

Según las asociaciones de inmigrantes siempre estarán mejor en España que en sus países, y eso a pesar de que los empleados extracomunitarios han sufrido especialmente la crisis y el parón del sector de la construcción. En julio había más de 165.000 inmigrantes extracomunitarios desempleados.

Pero lo que parece que frena más a los inmigrantes a la hora de acogerse al plan de retorno es el hecho de que pierden su permiso de residencia durante tres años, y sin tener la garantía de poder volver a conseguirlo después. Teniendo en cuenta lo difícil que les ha resultado a muchos conseguirlo, es lógico que no quieran perderlo.