La violencia ante el débil

violencia de generoArtículo original de Zana

Dice la declaración institucional al efecto, que la violencia de género es consecuencia de la desigualdad y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. También dice que ha dejado de ser algo dentro del ámbito privado para convertirse en un problema de todos.

Un frase con un profundo calado, que se incrusta en lo más hondo, y también más enlodado, de nuestras raíces como sociedad. Si es que se puede llamar sociedad a algo basado en la discriminación, el sometimiento, la subordinación y, lo que puede haber sido el mayor castigo y germen de la amplificación de las agresiones, el impedimento histórico, social y a veces legal, para desarrollarse tanto afectiva como profesionalmente.

Y, sin embargo, hay una pieza que no acaba de encajar en este puzzle.

Las nuevas generaciones de mujeres se han incorporado, como no podía ser de otra manera, al mundo universitario y laboral de forma masiva. Pero todavía subyace, de manera sociocultural aceptada, un predominio del hombre sobre la mujer, que desemboca, ajeno a estatus sociales, en violencia hacia el lado débil de la pareja. Una violencia que a veces es silenciosa y muy dañina (sicológica), otras explosiva y brutal. El por qué sucede esto, aún dentro de esa nueva incorporación de la mujer al mundo laboral, nos hace replantearnos todo lo anterior y tratar de entenderlo, hoy en día, como un mal generacional, como un mal que la sociedad del individualismo va a padecer hasta que no seamos, probablemente en la próxima generación, capaces de entender que el respeto hacia "el otro" es la única vía de convivencia y de supervivencia. La ecuación es fácil de asimilar, para "el otro", "el otro" eres tú. Para apuntalar este pensamiento creo que será necesario dejar pasar algún tiempo, con el andar de los años veremos como, al ampliarse el número de matrimonios entre personas del mismo sexo, en éstos también se van a dar casos de violencia, una violencia que, por tanto, debemos empezar a llamar de Dominio.

Educar, publicitar, sensibilizar, respetar, dignificar, denunciar..., muchas son las ramas por las que debe caminar nuestra sociedad para intentar eliminar esta lacra que afecta al más débil, en la actualidad a la mujer, a manos del hombre, pero no perdamos de vista a la infancia, probable y tristemente el próximo condenado.

Pero sobre todo, la tarea más importante que debemos ejecutar como personas es la de demostrar, sin dudas, sin rodeos y sin fisuras que la víctima no está sola. Ése es el primer paso y si no lo damos seguiremos anclados en el mundo de las disculpas. Toda la legislación, toda la teoría y práctica se irá al garete si la mujer maltratada no encuentra el calor de la sociedad en la que convive, y, sensu contrario, el maltratador debe percibir castigo, vacio y ayuda.

A tu lado puede haber, hay, una mujer que sufre, lo último que esa mujer necesita es el desprecio y el silencio de una sociedad que se llama avanzada. Actúa. Ayuda. Apoya.

68 mujeres murieron en 2009 por violencia machista.

En lo que va de 2010 ya han muerto 51.

EL 016 ES EL NÚMERO DE TELÉFONO CONTRA EL MALTRATO