¿Por qué las mujeres no denuncian la violencia de género?

Por Belén Zurita ¿Por qué de las 37 víctimas mortales en este 2021, sólo 8 habían interpuesto una denuncia previamente? ¿Por qué, a pesar de las diversas campañas de información y sensibilización, siguen sin pedir ayuda? ¿Por qué seguimos viendo como cada mes son asesinadas mujeres, por el simple hecho de serlo? La realidad es que seguimos sin entender la complejidad de este tipo de delito, cuya motivación viene únicamente determinada por la condición de ser mujer. La Violencia de Género se manifiesta en múltiples esferas de nuestra vida y las dificultades que invaden a estas mujeres para llegar a tomar la decisión de denunciar son múltiples. En primer lugar, podemos pensar que el factor principal es el miedo que tiene la víctima respecto del agresor. Pensar en su reacción cuando sepa que ella ha acudido a interponer una denuncia o cuando ella quiere dejar la relación, son temores fundados que llevan a la víctima a soportar la situación aun a pesar de que la agresividad y el maltrato también aumenten. Además, a esta situación de miedo e incertidumbre se añade la preocupación por los hijos en común, el temor al abandono y a la soledad ante la ausencia de otros recursos. Es necesario empatizar con la idea de que el acto de denunciar es mucho más que poner de manifiesto la violencia que se está sufriendo. Denunciar es reconocer que estas siendo víctima de un delito en el que el agresor es tu pareja, el padre de tus hijos y la persona con la que has construido una vida. Además, afrontar la idea de empezar una vida de nuevo, encontrar nuevos recursos y volver a empezar en muchos ámbitos de la vida, como el laboral o incluso el social. Otro factor importante es la normalización de la violencia, de actitudes posesivas y controladoras como los celos y la culpabilización de la situación, provocada por el desgaste emocional y psicológico ocasionado a lo largo de todo el tiempo. Así mismo, otro factor importante que dificulta la toma de decisión de la mujer se refiere a las trabas institucionales y a las deficiencias del propio sistema. Cuando las cifras hablan por sí solas, es evidente que algo en el sistema está fallando. La necesidad de poder realizar una denuncia de forma segura se está haciendo ver más cada día. Muchos son los casos de retiradas de denuncias, de procesos que finalizan en absoluciones, de ordenes de protección inexistentes o ineficaces, lo que manifiesta una clara necesidad de mejora en los mecanismos de intervención. El derecho a una denuncia segura está vigente, pero ¿realmente es posible?. Se siguen cuestionando las declaraciones de las víctimas por no ser relatos profundamente coherentes y claros; se sigue cuestionando la actitud de la misma en los procesos; las mujeres siguen viéndose culpabilizadas por discursos y preguntas machistas de los mismos profesionales. Por todo ello, queremos reivindicar la necesidad de seguir insistiendo en que los derechos de estas mujeres víctimas de la violencia de género se sigan trabajando y poder alcanzar su materialización en la realidad, de manera que, por fin, las mujeres se sientan seguras y […]