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Cifras mortales: desafíos actuales en la lucha contra la violencia de género

La lucha contra la violencia de género es un desafío constante en todo el mundo, y España no es una excepción. A medida que finalizamos el año 2023, los datos disponibles nos ofrecen una perspectiva preocupante sobre la situación actual. Aún no hemos terminado este año y, sin embargo, hemos sobrepasado la anterior cifra anual de muertes relacionadas con la Violencia de género. Según los datos oficiales del Ministerio de Igualdad, hasta la última fecha registrada en septiembre de 2023, se han producido 52 casos de muerte por razones de violencia de género en España. Pero se contabilizan 93 feminicidios en total en lo que llevamos de año. Atendiendo a estas cifras, debemos diferenciar entre los asesinatos oficiales por violencia de género donde los agresores eran las parejas sentimentales de sus víctimas (55 muertes) y los asesinatos a mujeres (no oficiales por violencia de género) por parte de autores que pueden ser hermanos, padres, hijos, sobrinos, amigos, conocidos o desconocidos (38 muertes). Estos números enfatizan la necesidad de abordar la violencia de género en todas sus formas y relaciones, independientemente de la cercanía entre víctima y agresor. La violencia machista, no sólo se puede apreciar en las relaciones sentimentales de la pareja, es algo que encontramos en el trabajo, en el ámbito familiar, al salir a la calle, al enchufar la televisión…, puesto que la violencia de género es un problema macro y no individualizado a un sólo sector. Las actitudes violentas y machistas forman parte del itinerario normal de hombres y mujeres, ya sea en mayor o menor grado. Una de las cuestiones principales es tratar de disminuir y erradicar este problema de forma progresiva por medio de la educación y la concienciación social. Promover más la empatía y otras aptitudes que han sido encajonadas al sector femenino durante décadas, con el objetivo de beneficiar en el conjunto tanto a hombres como mujeres. Dejar de estereotipar es clave para obtener verdaderas relaciones de igualdad entre las personas. Sin embargo, no es menos importante que durante la fase de intervención frente a este tipo de delitos se disminuya igualmente el número de problemas estructurales que las mujeres víctimas se encuentran. Puesto que muchas veces nos encontramos que por la mala praxis o la no actuación diligente, tanto de funcionarios públicos como de cualquier otro tipo de personal encargado de la asistencia a víctimas, no están formados correctamente o simplemente no están sensibilizados para tratar con personas vulnerables. En cuanto al rango de edad donde encontramos más víctimas mortales, observamos como onda desde los 31 años hasta los 50. Este hecho nos hace reflexionar sobre la persistencia de la violencia de género que se ejerce. Y es que, cuando hablamos de persistencia de la violencia, nos referimos a dos supuestos: por un lado, significa que, una vez iniciada la violencia, ésta persistirá en el tiempo. Puede que disminuya o aumente, pero se mantendrá estable toda la duración de la relación. Teniendo en cuenta que las primeras actitudes machistas las podemos encontrar a temprana edad, sí que es verdad que los maltratos en sí suelen comenzar a desarrollarse en una edad adulta […]

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